Cien tardes de humor y transgresión

Salió de Aquí hay tomate demonizado. Pero no se arrepiente de aquella etapa, porque le sirvió para poner distancia y madurar. Mañana, Jorge Javier Vázquez cumple 100 programas al frente de Sálvame, el magacín de tarde de Telecinco, que en cinco meses ha incrementado su cuota en casi cinco puntos y se ha convertido en el nuevo referente de los programas de crónica social por su gran dosis de humor y ausencia de drama.

"Nacimos sin pretensiones", recuerda Vázquez. En la madrugada, como un debate en torno a los realities de la cadena. Y, con cambio de horario incluido y reformateo a diario, se ha convertido en "una cena de Navidad perpetua" en la que no se sabe qué pasará al minuto siguiente.

Tras la desaparición de iconos como Crónicas Marcianas o el Tomate, los espectadores "nos demandaban humor, transgresión y un espíritu lúdico", apunta Manuel Villanueva, director general de Contenidos de Telecinco.

Y todo esto ha llegado al sentar en el plató a un equipo de colaboradores (Belén Esteban, Mila Ximénez, Kiko Hernández, Karmele Marchante, Lidia Lozano, Rosa Benito) y un presentador con ganas de desinhibirse. En un programa donde "todos son prescindibles", opina Vázquez, pero fundamentales: el rigor de Karmele, el veneno de Rosa Benito, el pasado de Mila Ximénez, la "gravedad al hablar de temas absurdos" de Kiko, la "pasión" de Lidia", la "nueva" Belén Esteban...

Todos ellos "han hecho un viaje de ida y vuelta, de las mieles del triunfo a las hieles del fracaso", añade Leonardo Baltanás, director de Producción de la cadena. Y ese camino "da una perspectiva" que se refleja en el resultado: "Se divierten, se apasionan, son sinceros" y han conseguido construir "un microcosmos...", según Baltanás.

De paso, utilizan el programa como "terapia" y una "tabla de salvación", según el presentador, porque compartir los demonios personales "desactiva las crisis".

Para Jorge Javier Vázquez ha supuesto salir de la etapa pos-tomate. "Pagué un alto coste personal" por el programa, cuenta, y tras el cierre, pasó ocho meses en su Badalona natal "triste, desencantado, inquieto y bloqueado". Ahora, con Sálvame, recibe las mejores críticas de su vida laboral, y su único propósito es "hacer todo lo posible para entretener".

No debe ir desencaminado, si se miran los índices de audiencia. Desde el arranque de temporada, lo ven a diario una media de 2.035.000 espectadores, con una cuota del 19%. Algún día incluso por delante del hasta ahora imbatible Amar en tiempos revueltos, el culebrón de La 1.

Su versión (18,9%, con récord del 23,3% en la última edición), desbancando a DEC (Antena 3). De luxe