"Después de grabar cinco programas en un día, estoy tan motivado que me haría tres más"

Mucha gente cree que el animador del público de un programa es el que dice cuándo hay que aplaudir, pero ése es el cometido del regidor. El animador se encarga de que el público no decaiga durante las interminables grabaciones.

Mateo Vergara lleva cinco años dedicado a esto . Pertenece a la productora Gestmusic, que, como él dice, "es una fábrica de programas, y trabajo para la cadena que compre cada producto". Empezó con el Eurojunior en el que saltó a la fama Maria Isabel, y después ha hecho , , las galas de y Money money Allá tú Operación Triunfo ¡Tú sí que vales!.

Estudió interpretación en la Escuela de Cristina Rota, y lleva la actuación en la sangre. Reconoce que "para este trabajo hay que interpretar constantemente, sentir lo que haces, porque si tú no te lo crees no convences a nadie".

Cada día es un reto, su labor se basa en la improvisación, y para eso hay que tener una mente muy inquieta. "Soy muy comediante y me encanta. Disfruto muchísimo con lo que hago". Su jornada laboral es muy diferente si le toca hacer una gala en directo, o se graban varios programas en un mismo día. "Siempre es muy agotador, porque en uno me enfrento yo solo a 1.800 personas, y en otro a un montón de jubilados, que son los que cuentan con más días libres, que tienen que aguantar mil horas sentados".1

Por ejemplo, cuenta que ". En la última edición jugaban mucho a insultar, así que antes de empezar el programa me ponía yo en medio de la pasarela, y hacía un trueque con el público: yo me ofrezco para que se desahoguen conmigo y ellos ya no se pasan durante la gala, y el que no cumple se va a la calle. Funciona bastante bien". el público de las galas de OT

Mateo es actor, y él crea el espectáculo en el plató. "En los programas en directo mi función es dinamizar el público, así que yo les canto, les actúo, les tomo el pelo... y la gente me sigue el rollo".

Se inspira con el público Soy un poco cabra loca, pero eso me dignifica".2 , son ellos los que le dan las claves para crear su juego. "Siempre hay alguien que te da una punta de hilo y entonces ya tú tiras de ahí. Cantamos los temas que están de moda, o les pido prestados sus complementos, y me los pongo para desfilar por la pasarela improvisando personajes, hablo con ellos y ellos interactúan conmigo.

Hay que buscarse la vida. Durante las galas sortea camisetas y reparte regalos de las promociones, pero sobre todo afronta la jornada con una gran sonrisa. El animador cuenta que un día "durante una gala de OT

Mateo les baila, les canta, les saca de sus casillas, y le persigue siempre una cascada de carcajadas por todo el plató. Además, hace amigos. Es un trabajo en el que, a parte de una gran imaginación, hay que tener mucha energía: "Hay días que entramos en el plató a las 10 de la mañana y salimos pasada la medianoche. Después de haber grabado cinco programas la gente está que se cae, pero yo estoy tan motivado que me grabaría tres más".

La tarea de mantener al público entretenido supone un gran esfuerzo , y una vez que se termina la jornada no se puede parar de golpe. Mateo cuenta: "Al llegar a casa soy incapaz de sentarme a descansar, estoy muy activo y tengo que ir frenando progresivamente".3

Aunque es un trabajo que queda detrás de las cámaras, de vez en cuando Mateo entra en escena: "A veces los presentadores me llaman para darme más protagonismo, y yo agradezco ese voto de confianza. Me gustaría que algún día me dieran una oportunidad en el mundo de la interpretación, porque yo soy actor, pero ahora disfruto mucho con lo que hago porque, sobre todo, la esencia de este trabajo es tener buena actitud y ponerle mucha ilusión".