El Gobierno chino modera la censura sobre Internet en los Juegos Olímpicos

Las presiones ejercidas por el Comité Olímpico Internacional -tras las quejas de los periodistas extranjeros acreditados- han conseguido, a menos de una semana del inicio de los JJOO de Pekín, que el Gobierno chino modere la censura ejercida sobre los contenidos de Internet.

Aunque aún se prohíbe el acceso a temas considerados "asuntos internos", como la independencia del Tíbet o de Xinjiang, la llamada secta Falun Gong o los movimientos pro-democracia chinos, desde hoy es posible consultar las páginas web de varias organizaciones de derechos humanos, comprar una camiseta de denuncia contra Beijing-2008,o incluso ver la web de Reporteros sin Fronteras, organización muy critica con la dictadura china.

"El problema ha sido resuelto e Internet se utilizará en China como en cualquiera de los otros juegos anteriores", dijo Gunilla Lindberg, vicepresidenta del COI, después de haber llegado a un acuerdo con el BOCOG (Comité Organizador de Pekín 2008), que ya se comprometió en 2001, cuando China fue designada para celebrar esta competición, a tener un acceso "libre" a Internet, aunque no se haya conseguido del todo y hasta una semana antes de la ceremonia inaugural.

Para Hu Jintao, presidente de China, en su primera rueda de prensa con medios extranjeros en sus cinco años de mandato, "la apertura es bastante. La prensa extranjera es bienvenida, antes y después de los Juegos Olímpicos, si obedece las leyes chinas y efectúa coberturas objetivas e imparciales".

El mandatario, que reconoció que celebrar los Juegos Olímpicos era un sueño para el pueblo chino, añadió: "Continuaremos facilitando estructuras y medios para que los periodistas extranjeros trabajen y fortalezcan así su conocimiento".

Sobre la politización de los Juegos, el presidente chino afirmo: "No es bueno politizarlos y no es bueno para los pueblos, puesto que los Juegos Olímpicos pertenecen a todos. Es normal que existan diferencias, pero politizarlo mina el espíritu olímpico".

Pero esta moderación en la censura a Internet sólo se ha promovido en Pekín, la capital donde están destacados todos los periodistas, y el acceso a las páginas web prohibidas hasta ahora es lento e intermitente.

En el resto del país todo sigue igual: prohibido y censurado. Rossean Rife, subdirectora del Programa Asia-Pacifico de Amnistía Internacional, que celebró el relajamiento de la censura y el levantamiento del veto sobre su propia web, no dudó en afirmar: "El bloqueo y desbloqueo arbitrario de algunas páginas web no satisface los estándares internacionales de libertad de información y expresión. Como el resto del mundo, los ciudadanos chinos tienen derecho a informarse y a expresarse libremente, incluido lo referente a los derechos humanos".