Rebekah Brooks, detenida por obstrucción a la justicia

Rupert Murdochmediaset.es

Rebekah Brooks, ex editora del periódico británico News of the world, su esposo, Charlie Brooks, y otras cuatro personas han sido detenidas en Reino Unido en relación con el caso de las escuchas telefónicas ilegales realizadas por periodistas de ese tabloide, según las fuentes consultadas por el diario The Daily Telegraph y el canal de televisión Sky News.

El matrimonio fue detenido en su casa de la localidad de Chipping Norton, en el condado inglés de Oxfordshire. Rebekah Brooks ya fue arrestada e interrogada el verano pasado por ser sospechosa de corrupción y de haber realizado escuchas ilegales, aunque luego recuperó su libertad.

Scotland Yard rechaza confirmar los nombres de los arrestados, aunque detalla que las detenciones se han producido en Londres, Oxfordshire, Hampshire y Hertfordshire. Además, precisa que se trata de cinco hombres de entre 38 y 49 años de edad y una mujer de 43 y que las autoridades creen que conspiraron para obstruir el curso de la justicia.

Estas personas están siendo interrogadas en distintas comisarías de Policía y los agentes están registrando los inmuebles donde se han practicado los arrestos, que elevan a 23 la cifra total de detenciones realizadas en el marco de la Operación Weeting

La investigación comenzó en enero de 2011, cuando la Policía Metropolitana de Londres recibió ciertas informaciones sobre News International, la empresa editora de News of the World (que dejó de publicarse a raíz del escándalo de las escuchas), The Sun, The Times y The Sunday Times.

Al parecer, varios periodistas y detectives privados que trabajaban para el tabloide News of the World se dedicaron a escuchar los mensajes de los buzones de voz de los teléfonos móviles de un gran número de personas -desde políticos hasta actores, pasando por familiares de soldados británicos- para poder publicar noticias sobre ellas.

Este escándalo ha dañado la imagen de News Corp, la multinacional del magnate Rupert Murdoch, pero también de la Policía -por los supuestos sobornos que recibieron algunos agentes- y de políticos de todos los grandes partidos británicos, porque se han descubierto sus estrechos vínculos con Brooks y otros directivos de las empresas de Murdoch.

Este mes, el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, se ha visto obligado a reconocer que montó un caballo que la Policía había regalado a Rebekah y Charlie Brooks.