Los ganadores de 'Pekín Express', "catetos a mucha honra"

Los ganadores de 'Pekín Express', Carmela y Antonio.mediaset.es

Algo de suerte, educación con los "lugareños" y sentido del humor son las claves que destacan Carmela y Antonio, dos amigos malagueños, "catetos a mucha honra", para alzarse con el triunfo en el programa Pekín Express, desbancando a los grandes favoritos, dos policías madrileños.Ambos coinciden en señalar como el peor momento de su periplo su llegada a India, "donde había niños pasándolo mal, leprosos...", explica Antonio, mientras Carmen confiesa que cuando salieron a la ruta ella iba "muy tocada de moral".

Arropados por gritos de "campeones, campeones", Carmela y Antonio celebraron ayer, con unos 400 paisanos de Fuente de Piedra (Málaga), su periplo ganador por las calles de Bombay (India), final de una aventura que les ha llevado a lo largo de 10.000 kilómetros por China, Nepal e India, atravesando la cordillera del Himalaya.

Casi dos millones de personas (el , un reality show donde 10 parejas contaron con un euro al día para alimentación, mientras el transporte y el alojamiento debían conseguirlo gratis a lo largo de las 12 etapas del concurso, repartidas en 45 días de viaje. 10,9% de cuota de pantalla) vieron en Cuatro el final de Pekín Express

Carmela, en una reunión de los ganadores con la prensa al día siguiente de la final, no duda en resaltar entre las claves de su triunfo "el ser agradecido, educado y cariñoso con los lugareños, aunque no te den nada, porque por lo menos se han parado a escuchar a dos guiris sucios que aparecen en medio de una carretera".

Cuatro presenta a esta joven malagueña y su antiguo novio como "amigos rurales", una condición que les ha granjeado no pocos comentarios en el programa, sobre todo por parte de los grandes favoritos, dos policías municipales de Coslada (Madrid), conocidos como "Los Merino", que no tuvieron empacho en afirmar que ellos eran los mejor preparados y debían ganar.

Ahora finalistas y ganadores, ya amigos, planean viajar juntos a Vietnam, porque "no somos tan paletos, algo hemos viajado, eso de que no habíamos salido del pueblo lo dijimos para que nos metieran en el programa", explica Antonio. "Vivimos en un pueblo, y mi familia se dedica a la agricultura", apostilla Carmela, "somos catetos, porque la gente de pueblo es así, y no me ofende que lo llamen, soy cateta a mucha honra, porque vivo en un pueblo chico, precioso y con muy buena gente".

Los ganadores de Pekín Express compartirán los 35.000 euros del premio, una cantidad que no les cambia la vida, aunque el verdadero premio para Antonio es hoy la buena marcha de su restaurante, mientras que Carmela anunció que enviará parte de su premio a un orfanato en Nepal.

De ese estado le sacó el buen humor del empresario malagueño, quien resalta que son los concursantes que más se han reído durante el programa, y "eso ha sido de gran ayuda para los dos", aunque reconoce que en el concurso cuenta también la suerte, "porque un buen coche te lleva antes a su destino".

Para él, lo más gratificante de su experiencia en Pekín Express es "el intercambio de culturas", y para ella "que la gente pueda ser tan generosa con alguien que no conoce, aunque una cámara ayude".