Robin Thicke demanda a su madrastra por su "avaricia"

Alan Thicke y su hijo Robin Thickemediaset.es

Cinco meses después de la muerte de Alan Thicke, sus dos hijos mayores, Brennan y el músico Robin Thicke, han demandado a su viuda, Tanya Callau, por alegar que el acuerdo prenupcial firmado en 2005 no es válido. De acuerdo a lo publicado en la revista People, los abogados de los actores de 42 y 40 años presentaron un requerimiento judicial el martes 16 de mayo en la Corte Superior del condado de Los Ángeles.

Antes del fallecimiento del protagonista de la serie Los problemas crecen, Brennan y Robin Thicke fueron nombrados administradores del patrimonio de su padre después de que su tío, Todd Thicke, se negara a asumir esa responsabilidad. Ambos alegan que Callau no puso ninguna objeción sobre la herencia o el acuerdo prenupcial en ese momento.

"A pesar de los beneficios generosos y la planificación cuidadosa de Alan, Tanya exige más. Tanya insiste en que el acuerdo prenupcial que firmó antes de casarse con Alan no es válido", afirman los abogados, que informan en los mismos documentos de la intención de la viuda de hacer uso de los medios sensacionalistas si no aceptan sus demandas.

"Brennan y Robin han hecho todo lo posible para resolver esto sin la necesidad de ir a los tribunales y han presentado la petición para honrar la memoria de su padre, proteger su legado y prevenir sus intenciones testamentarias de ser socavadas por la avaricia de su tercera esposa, Tanya Callau", declaró el abogado Alex Weingarten.

Alan Thicke y su viuda, Tanya Callau

El protagonista de Los problemas crecen falleció inesperadamente el 13 de diciembre a los 69 años después de sufrir un ataque al corazón mientras jugaba hockey con su hijo menor, Carter Thicke, y dejó a cada uno de sus hijos a partes iguales la propiedad de Carpinteria, el rancho de California que compró en 1989, el 75% de sus efectos personales y el 60% de sus ahorros.

Por su parte, la actriz y productora se ha quedado con todo el mobiliario del rancho, el 25% de sus efectos personales, una póliza de seguro de vida de 500.000 dólares (450.000 euros), la pensión de viudedad, las afiliaciones sindicales y el 40% del resto de sus propiedades. También fue la última voluntad de Alan Thicke que Tanya Callau pudiera vivir en el rancho familiar después de su muerte, siempre y cuando mantuviera la propiedad y sus gastos.