Más de 400 participantes confirman el éxito de la solidaridad en la I Carrera Vertical y Marcha Familiar de FUNDELA

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El sábado 23 de mayo de 2015, en San Rafael amaneció un día soleado pero muy frío, soplaba un ligero viento del Norte, y la temperatura era, a primera hora de la mañana de 2 grados. Pero en los alrededores del Pabellón Municipal, en la calle Carlos Mendoza, había un movimiento inusual para una mañana de sábado.

Llegaban coches desde diversos puntos de la geografía madrileña y segoviana. Y se observaba gran cantidad de personas ataviadas de manera deportiva, que estaban dispuestas a dedicar su día a luchar por una buena causa: correr o caminar con la finalidad de recaudar fondos para la Fundación Española para el Fomento de la Investigación de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), FUNDELA, que trabaja en la investigación de esta cruel enfermedad, de la que se desconoce el origen, y cuyo diagnóstico, a día de hoy, es la muerte.

En el Pabellón se habían instalado unos mostradores, donde los voluntarios recibían a los recién llegados, comprobaban que estaban inscritos en la Carrera Vertical o en la Marcha Familiar, y les daban o bien sus dorsales, o bien su bolsa, con agua, una camiseta y una bandana, según el caso. Seguidamente, los participantes y sus acompañantes pasaban a otro mostrador donde empezaban a templar el cuerpo con un rico chocolate con churros, obsequio de la organización.

Poco a poco el espacio se fue llenando de gente y, a las 9 de la mañana, al ritmo de la dulzaina y el tambor de los dulzaineros de El Espinar, se puso en marcha la caminata familiar. 300 personas, hombres, mujeres y niños, y alguna que otra mascota canina, emprendieron su animado camino: tenían por delante 13 kilómetros de empinada cuesta, por un recorrido precioso, entre pinos y arroyos, con vistas espectaculares, hasta llegar a Cueva Valiente, a 1.903 metros de altitud.

La caminata estuvo todo el tiempo coordinada por los guías de montaña del Club de Montaña Caloco, así como atendida por un médico, un ATS y un fisioterapeuta que, afortunadamente, no tuvieron más trabajo que comentar con los caminantes lo bonito del paisaje.

Mientras unos caminaban, otros, a partir de las 10, desde el Pabellón empezaron a salir, de dos en dos, los casi 100 valientes que iban a correr la prueba cronometrada de 4,20 kilómetros y 720 metros de desnivel, que les llevaría hasta el alto de Cueva Valiente.

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Fue emocionante la llegada a la cumbre de los primeros caminantes, donde, por cierto, les esperaban bebidas, frutas y dulces para recuperar fuerzas y contemplar las vistas tan extraordinarias que, en un día tan claro, les permitía ver casi, casi Madrid…

Y allí esperaron la llegada de los arriesgados corredores que sintieron, en los últimos momentos de su esfuerzo, cuando empiezan a fallar las fuerzas, el ánimo y el estímulo generoso de sus compañeros en el empeño de ayudar en la investigación de la ELA.

En el ínterin, en el Pabellón se habían colocado troncos que los gabarreros del C.D. Gabarreros de El Espinar habían ido liberando de sus cortezas y serrando en diferentes tamaños. El mostrador del chocolate se había convertido en un mostrador de agua, bebidas isotónicas, frutas y dulces para que los animosos corredores y caminantes tuvieran un momento agradable después de su fenomenal trabajo. Y el mostrador de las inscripciones en otro donde los voluntarios ofrecían camisetas, bandanas, pulseras y sonrisas a los generosos vecinos que, aún sin competir, quisieron acercarse a aportar su granito de arena a la causa y motivo de la carrera, contribuir a que se encuentre un remedio para que la ELA no siga entristeciendo las vidas de enfermos y familiares.

Y empezaron a llegar caminantes, acompañantes, dulzaineros, y corredores… con unos tiempos fabulosos. Y se veían caras de sufrimiento, pero más de satisfacción por haber completado la carrera, haber mejorado sus tiempos, haber superado un reto por un amigo enfermo…. Y allí les esperaban los chavales del Puntillo Canalla para amenizarles la recuperación y alegrarles y agradecerles con su música el esfuerzo realizado. Y un equipo de fisioterapeutas para volver a poner sus músculos de acero en forma…

Y el Pabellón se llenó de alegría…. Y el pódium de ganadores… Poco a poco, y en un ambiente alegre y ya distendido fueron entregándose los premios: a Silvia ROBLES FERNÁNDEZ, el de primera clasificada en Categoría Absoluta Femenina; a Rodrigo ARES MATEOS, el primero en Categoría Absoluta Masculina; a Ángel DE LA ENCARNACIÓN MORENO, el primer Veterano; a Almudena GIL SAN TEODORO, primera Cadete Femenina; a Iker HIGUERA FONSECA, primer Cadete Masculino; y a Adrián LLORENTE SOLA, primer Junior Masculino.

Después, y con una cervecita en la mano, asistimos a la demostración de los diestros gabarreros, que, en solitarios, en parejas, o todos al tiempo, iban partiendo troncos, en vertical y horizontal. Y tallando la madera hasta conseguir un precioso ramo de flores, o unas divertidas sillas…. Y fue grato ver que hay cantera, niños y niñas, que quieren continuar con la tradición…. Y lo último que hicieron fue descorchar botellines de cerveza, a golpe de hacha… ¡Fabulosa demostración!

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Finalmente, y para completar el día, un nutrido grupo de participantes, acompañantes y familiares degustaron el menú especial que había preparado para ellos el Restaurante La Viña, animados, como no podía ser menos, por el sonido vibrante y emotivo de la dulzaina y el tambor, que hasta tocaron el Redoble extremeño, en homenaje a un ser muy querido del grupo, al que también se le llevó la ELA. Y en un ambiente distendido, entre plato y plato, se organizó una rifa en la que se sortearon diversos regalos ofrecidos por los patrocinadores.

Pasadas las seis de la tarde se empezó a marchar la gente. Y los dos amigos que habían logrado un éxito arrollador en la organización, en la obtención de patrocinios, en el número de inscripciones, en el desarrollo milimétrico de todos y cada uno de los actos previstos para el día de la Carrera Vertical FUNDELA (chocolatada, salida de caminantes, salida de corredores, dulzaineros, Puntillo Canalla, gabarreros, comida, rifa) se abrazaron satisfechos y muy emocionados pues lo importante para ellos se había cumplido también: lograr fondos para ayudar a que Fundela y ProjecMiNe continúen con su empeño en investigar para encontrar un camino que les lleve a vencer a la asesina ELA.

Ellos, los dos amigos, y todos los enfermos y familiares afectados, desde Fundela, agradecen a todos los caminantes y corredores su colaboración, participación, entusiasmo y ayuda.

P.S. La ELA es una enfermedad neuromuscular en la que las motoneuronas, un tipo de células nerviosas, que controlan el movimiento de la musculatura voluntaria, gradualmente disminuyen su funcionamiento y mueren, provocando debilidad y atrofia muscular. El diagnóstico es fundamentalmente clínico, es decir, no existe ninguna prueba específica que dé el diagnóstico definitivo. En España, se estima que cada año se diagnostican casi unos 900 nuevos casos de ELA (2 a 3 por día), el mismo número de personas que fallecen al año por la enfermedad, y que el número total de casos ronda las 4.000 personas, y permanece invariable. El tiempo de prevalencia del enfermo, desde el diagnóstico, es de 3 a 5 años.