Víctimas contaminadas por un virus letal, enfrentadas a una situación límite, en el eje de las tramas
La convivencia de un grupo de fugitivos se convierte en la pieza fundamental que articula la trama argumental de Rabia, thriller de Cuatro donde la supervivencia en las circunstancias más adversas resulta su principal leit motiv. Protagonizan la serie Adriana Ozores (Goya a la Mejor Actriz Principal por Heroína), Patricia Vico (Hospital central), Carles Francino (Sé quien eres), Fele Martínez (Goya al Actor Revelación por Tesis), Malena Alterio (Aquí no hay quien viva), Paco Tous (Los hombres de Paco) o Nuria González (Los Serrano), entre otros, además del regreso de una de las grandes damas de la televisión, Concha Cuetos (Farmacia de guardia).
El reparto de la serie se completa con Fran Nortes (Frágiles), Diego Martínez (Amar es para siempre), Elisa Mouliaá (Águila roja), Ismael Martínez (El comisario), Nuria Herrero (Arrayán), Álvaro Balas (Bienvenidos al Lolita) y Manuel Gancedo (La pecera de Eva).
Rabia combina el suspense, la acción, el thriller policial de giros inesperados y, sobre todo, el drama de personajes enfrentados a una situación límite.
La ficción reúne a un heterogéneo conjunto de personajes enfrentados a la peor de las circunstancias posibles: son víctimas de un virus que les ha contaminado y que puede manifestarse en cualquier momento, y además suponen un peligro para la sociedad, para sus seres queridos y para ellos mismos. Las alternativas pasan por entregarse a las autoridades y ser confinados en centros de internamiento, o emprender una huida sin retorno a sabiendas de que en cualquier momento pueden convertirse en seres irracionales y violentos, cambiando su rol de perseguidos a perseguidores.
Producida en colaboración con Isla Audiovisual, y rodada a caballo entre Madrid y Málaga, Rabia cuenta con numerosas escenas de exterior grabadas en la Ciudad del Cine de Coín y en localizaciones naturales de esta localidad malagueña.
Allí se recrearon tanto el entorno del refugio en el que los protagonistas permanecen ocultos como las diferentes escenas de acción que implican huidas, persecuciones, búsqueda de alimentos y luchas entre los protagonistas.
El enclave, de más de 100.000 metros cuadrados rodeados de pinares, un lago natural, una zona montañosa y diferentes áreas desérticas, ha servido de escenario para producciones anteriores como la serie de la BBC El dorado o Arrayán, de Canal Sur. El plató de la serie en Madrid ha servido de escenario para recrear las escenas dentro del refugio, las celdas y la comisaría.
David Ambit, el jefe de maquillaje y caracterización de Rabia, no sólo ha tenido que imaginar a un enfermo de rabia en pleno siglo XXI, sino hacerlo realidad. Convertir a algunos de los actores más conocidos de nuestro país en víctimas de un virus letal ha sido uno de los mayores retos de la carrera de este profesional, nominado a los Premios Goya por sus caracterizaciones en la saga de terror REC y cuyo trabajo ha dejado huella en películas de Álex de la Iglesia (Crimen ferpecto), Santiago Segura (Torrente 3) o la aclamada serie estadounidense Juego de tronos, entre otras producciones.
"Ha habido personajes que han necesitado hasta 4 horas de sesión, con tres maquilladores trabajando a la vez. Prótesis de silicona o de látex, lentillas que recubren todo el ojo, maquillaje aerografiado... Son muchos elementos, a los que siempre hay que añadir muchas dosis de paciencia", apunta Ambit.
Dos mujeres polarizan la acción de Rabia. Una fugitiva y una policía. Su fuerte personalidad, su tenacidad y su determinación para alcanzar los objetivos marcados hacen de Marta y de Rubio dos antagonistas destinadas a enfrentarse tarde o temprano.
Mientras, un variopinto grupo de contagiados y sus familiares confluirá en un refugio para intentar escapar de un destino incierto. Todos son unos perfectos desconocidos y todos están en una situación límite. Saben que la posibilidad de morir o ser apresados es muy alta, así que todos esconden ases en la manga y ocultan sus verdaderas intenciones. No todos son malos. No todos son buenos. Pero la necesidad de confiar y buscar aliados si quieren salir con vida obligará a dejar atrás recelos y trabajar juntos por la supervivencia.
Patricia Vico es Marta
Resolutiva e inteligente, esta enfermera creía tener todo bajo control cuando emprendió su huida de la policía.
Casada y con una hija adolescente, su plan de fuga se vino abajo tras ser traicionada y arrestada por la policía, pero el destino le ha dado una nueva oportunidad para liderar no solo su salvación, sino la de otros contagiados.
Ella tiene acceso a recursos para sobrevivir y también conocimientos médicos. ¿Se convertirá en alguien demasiado imprescindible?
Adriana Ozores es Rubio
Metódica y pausada, vive por y para dar caza a los rabiosos fugados.
Dura, tenaz y capaz de manejar psicológicamente a quien ose rivalizar con ella, es una policía solitaria, la mejor en su trabajo.
El peaje de este reconocimiento profesional, sin embargo, se lo ha cobrado su vida personal, prácticamente inexistente.
Fran Nortes es Diego
Si Suso es la cara, Diego es la cruz.
Inseguro y muy inteligente, en su espalda se dibuja una gran diana sobre la que apuntan el resto de fugitivos, incluidas su mujer, Marta, y su hija.
Verdades y mentiras se mezclan en su vida con gran facilidad y eso genera desconfianza. Además, él no está enfermo. ¿Qué le impulsa a huir con un grupo de rabiosos?
Fele Martínez es Gervasio
Neurótico y cobarde: así es Gervasio.
Hipocondríaco y asustadizo, es un pez fuera del agua, desbordado por su enfermedad, por su apresamiento y por su huida.
El pánico le hará tomar decisiones temerarias que pondrán en peligro su seguridad y la del grupo.
No le gusta su condición de fugitivo, pero tiene miedo de lo que pueda sucederle si le caza la policía.
Nuria González es Nieves
Discreta, sigilosa y capaz de pasar desapercibida en cualquier situación, Nieves esconde secretos y mucha información respecto a la rabia, una información que podría resultar de gran valor para el grupo... si ella estuviera dispuesta a compartirla.
Como buena expolítica, mantenerse a salvo será su única prioridad, por encima de todo y de todos.
Diego Martínez es Santa
Impulsivo, ambicioso y con un expediente policial brillante.
El compañero de la inspectora Rubio no podría ser más distinto a ella.
No es ningún recién llegado al Cuerpo de Policía, pero la falta de conexión con su jefa le obligará a estar en constante lucha por demostrar que él es el mejor.
Su sentido del deber es tan elevado que impide cualquier duda moral.
No se cuestiona que la caza al rabioso esté fuera de la ley.
Malena Alterio es Silvia, Paco Tous es Mario y Álvaro Balas es Dani
El concepto padres coraje se queda corto para definir a Mario y Silvia.
Viven por y para su hijo, Dani, infectado de la rabia.
Ellos están sanos, pero por su pequeño harán lo que sea necesario. Lo que sea. Engañar, robar o incluso matar. No existen límites que estos dos entregados padres no estén dispuestos a cruzar.
Dani ha tenido que madurar a marchas forzadas, sin amigos y sin hermanos.
Es un niño tímido y reservado, con un carácter marcado por haber sobrevivido a una larga enfermedad.
Tan peligroso como el resto de rabiosos, cuenta con la angelical apariencia de un chaval de 10 años. Con esa ventaja... ¿Quién podría hacer daño a un niño?
Concha Cuetos es Pilar
La veteranía es un grado y Pilar tiene claro que ser la abuela de este grupo le va a traer ventajas y problemas a partes iguales.
Pacífica y cabal, intuye que con sus consejos puede influir de manera decisiva en las decisiones del grupo.
El poder de la palabra siempre resultará más eficaz que el de las armas.
Por su cabeza sólo pasa una idea: proteger a su único hijo, Carlos (Manuel Gancedo, La pecera de Eva), un joven tímido, acomplejado por su sobrepeso y que ha pasado gran parte de su vida encerrado en casa.
Mantener con vida a la persona a la que más quiere en este mundo es su absoluta prioridad y para ello no dudará en utilizar todas las artes que la vida le ha enseñado, desde persuadir a manipular pasando por engañar y utilizar a su conveniencia.
Que sea una persona mayor no convierte a Pilar en una persona inútil.
Víctimas contaminadas por un virus letal, enfrentadas a una situación límite, en el eje de las tramas
La convivencia de un grupo de fugitivos se convierte en la pieza fundamental que articula la trama argumental de Rabia, thriller de Cuatro donde la supervivencia en las circunstancias más adversas resulta su principal leit motiv. Protagonizan la serie Adriana Ozores (Goya a la Mejor Actriz Principal por Heroína), Patricia Vico (Hospital central), Carles Francino (Sé quien eres), Fele Martínez (Goya al Actor Revelación por Tesis), Malena Alterio (Aquí no hay quien viva), Paco Tous (Los hombres de Paco) o Nuria González (Los Serrano), entre otros, además del regreso de una de las grandes damas de la televisión, Concha Cuetos (Farmacia de guardia).
El reparto de la serie se completa con Fran Nortes (Frágiles), Diego Martínez (Amar es para siempre), Elisa Mouliaá (Águila roja), Ismael Martínez (El comisario), Nuria Herrero (Arrayán), Álvaro Balas (Bienvenidos al Lolita) y Manuel Gancedo (La pecera de Eva).
Rabia combina el suspense, la acción, el thriller policial de giros inesperados y, sobre todo, el drama de personajes enfrentados a una situación límite.
La ficción reúne a un heterogéneo conjunto de personajes enfrentados a la peor de las circunstancias posibles: son víctimas de un virus que les ha contaminado y que puede manifestarse en cualquier momento, y además suponen un peligro para la sociedad, para sus seres queridos y para ellos mismos. Las alternativas pasan por entregarse a las autoridades y ser confinados en centros de internamiento, o emprender una huida sin retorno a sabiendas de que en cualquier momento pueden convertirse en seres irracionales y violentos, cambiando su rol de perseguidos a perseguidores.
Producida en colaboración con Isla Audiovisual, y rodada a caballo entre Madrid y Málaga, Rabia cuenta con numerosas escenas de exterior grabadas en la Ciudad del Cine de Coín y en localizaciones naturales de esta localidad malagueña.
Allí se recrearon tanto el entorno del refugio en el que los protagonistas permanecen ocultos como las diferentes escenas de acción que implican huidas, persecuciones, búsqueda de alimentos y luchas entre los protagonistas.
El enclave, de más de 100.000 metros cuadrados rodeados de pinares, un lago natural, una zona montañosa y diferentes áreas desérticas, ha servido de escenario para producciones anteriores como la serie de la BBC El dorado o Arrayán, de Canal Sur. El plató de la serie en Madrid ha servido de escenario para recrear las escenas dentro del refugio, las celdas y la comisaría.
David Ambit, el jefe de maquillaje y caracterización de Rabia, no sólo ha tenido que imaginar a un enfermo de rabia en pleno siglo XXI, sino hacerlo realidad. Convertir a algunos de los actores más conocidos de nuestro país en víctimas de un virus letal ha sido uno de los mayores retos de la carrera de este profesional, nominado a los Premios Goya por sus caracterizaciones en la saga de terror REC y cuyo trabajo ha dejado huella en películas de Álex de la Iglesia (Crimen ferpecto), Santiago Segura (Torrente 3) o la aclamada serie estadounidense Juego de tronos, entre otras producciones.
"Ha habido personajes que han necesitado hasta 4 horas de sesión, con tres maquilladores trabajando a la vez. Prótesis de silicona o de látex, lentillas que recubren todo el ojo, maquillaje aerografiado... Son muchos elementos, a los que siempre hay que añadir muchas dosis de paciencia", apunta Ambit.
Dos mujeres polarizan la acción de Rabia. Una fugitiva y una policía. Su fuerte personalidad, su tenacidad y su determinación para alcanzar los objetivos marcados hacen de Marta y de Rubio dos antagonistas destinadas a enfrentarse tarde o temprano.
Mientras, un variopinto grupo de contagiados y sus familiares confluirá en un refugio para intentar escapar de un destino incierto. Todos son unos perfectos desconocidos y todos están en una situación límite. Saben que la posibilidad de morir o ser apresados es muy alta, así que todos esconden ases en la manga y ocultan sus verdaderas intenciones. No todos son malos. No todos son buenos. Pero la necesidad de confiar y buscar aliados si quieren salir con vida obligará a dejar atrás recelos y trabajar juntos por la supervivencia.