"Me ha sorprendido que todo el mundo grabe las escenas con la ilusión del primer día"

Álvaro de Luna ingresa en para interpretar a Francisco, un emigrante español que regresa de Argentina después de 50 años fuera. El veterano actor, muy conocido por su papel de El Algarrobo en Curro Jiménez, participa en la serie de Telecinco de forma episódica y confiesa que llegar a una producción ya consolidada le da cierto miedo. Hospital Central

¿Cómo es Francisco?

Es un personaje de una pieza, tiene arraigo y quiere volver al sitio en el que estuvo. Regresa a España después de muchos años para someterse a un trasplante de corazón y en el Central hará muy buenas migas con Héctor.

¿Cómo se llega a una serie tan asentada como Hospital Central

Es difícil cuando se entra en una serie que lleva tanto tiempo. Uno tiene cierto miedo de llegar y no estar a la altura, porque todo el mundo sabe lo que tiene que hacer y tú eres el novato. En mi caso, tengo cierto miedo a esas primeras secuencias, con ritmos de rodaje ya marcados. Me he quedado sorprendido con eso que llaman los jóvenes el buen rollo, porque existe, pero sin perder la emoción y la intencionalidad. A pesar de todos los años que lleva HC en emisión, la interpretación no se ha endurecido y hay cierta sensación de que todos lo hacemos por primera vez. Y eso da mucha frescura.

¿Miedo? Pero usted ya es un actor veterano...

Por eso mismo. Los que llevamos mucho tiempo, tenemos en cierta manera una responsabilidad o pensamos que se nos va a exigir más. En la confrontación con actores mucho más jóvenes, uno piensa que va a existir una barrera, pero estaba totalmente equivocado. En el tiempo que he estado grabando con ellos me he dado cuenta de que no hay ningún escalón, las fórmulas de interpretación de cada uno son diferentes, pero no hay escalones. Me ha sorprendido la sensación de hacer cada escena con la ilusión del primer capitulo.

¿Qué pueden aprender de usted los más jóvenes? ¿Y usted de ellos?

Me gustaría tener su espontaneidad. Y yo no tengo nada que enseñarles. La interpretación es algo muy personal y los conocimientos de cada uno son muy difíciles de traspasar a otros. Los jóvenes tienen una naturalidad y una expresividad muy justa, parece que la cámara no existe para ellos.

Pese a tu colaboración en Herederos,

¿La verdad? Me veo muy bien. Bueno, cuando me llegan los guiones pienso "madre mía lo que voy a tener que estudiar ahora", e intento hacer algo diferente a cada personaje.

Este año dijo que el cine es más artesanía que arte, ¿cómo definiría la televisión?

Igual. Ahora prácticamente el cine y la tele tienen mucho que ver. En lo que se refiere a interpretación y a la preparación del personaje, no veo diferencia.

¿Qué cambios ve en la manera de hacer televisión de ahora en comparación con sus inicios en los años 60?

Llevo más de 40 años trabajando y las técnicas, desde la producción hasta la realización, son muy diferentes, pero no la interpretación. El trabajo del actor es parecido, son series corales y aquí no veo mucho cambio. La técnica ha avanzado muchísimo y ya no se pierde tanto tiempo como pasaba antes. El director tiene más tiempo para los actores, y eso es muy bueno.

En el rodaje, ¿qué es lo que más le gusta?

Ahora se trabaja con varias cámaras, porque cuando se graba una escena, el actor, aunque no esté en el plano, tiene que seguir interpretando y mantener la tensión emocional. En estos momentos son en los que más me divierto, con escenas en las que la interpretación va de más a menos o de menos a más.

¿Cómo ve la producción nacional?

Se hace muy bien, con muy buena calidad. Se acerca más a nuestros problemas, a la gente, y eso gusta.

¿Tiene algún proyecto entre manos?

Estoy estudiando una nueva comedia de teatro que empezaré a ensayar en noviembre y vengo de hacer una película con Lolita, El libro de las aguas, en la que interpreto a su padre.