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Es uno de los espectáculos más fascinantes que nos ofrece la naturaleza. En las latitudes polares, durante la oscuridad de sus largas noches, el espíritu de la luz se despierta para conquistar el cielo desplegando todo su esplendor. Como si se tratara de una magia sobrenatural, la bóveda celeste se llena de haces de luz inquietos, destellos ondulantes que atrapan al espectador mientras se pregunta cómo puede existir algo tan sumamente bello en el planeta tierra. Es la aurora boreal, un fenómeno producido por la eyección de masa solar chocando con los polos terrestres, proyectando una luz difusa en la ionosfera. Moléculas de oxígeno y nitrógeno bailando excitados al son del viento.










