Jugar es un asunto muy serio

mediaset.es 03/12/2019 07:50

Jugar es…¡un asunto muy serio! Más allá de los juegos y del jugar, el juego constituye una actitud frente la vida. Si jugar es una actividad libre y espontánea, una fuente inagotable de placer y satisfacción, el juego evoca una actitud, que va mucho más allá de la simple manipulación del juguete. Nos remite al deseo, la curiosidad, la pasión, la alegría, la libertad, la espontaneidad, la gratuidad, el sentido del humor…; en definitiva promueve en la persona que juega “las ganas de… saber, sentir, crear, descubrir, disfrutar, esforzarse, aceptar retos. Porque el juego, ni más ni menos, es puras ganas de vivir, la vida tal como viene.

A pesar de que sabemos que los éxitos o fracasos en el juego no cambiaran la realidad, cuando jugamos, concentramos todos nuestros sentidos y esfuerzos, de manera que estamos absolutamente concentrados y apasionados en la actividad. Parte de esta pasión y entusiasmo viene determinada porque jugar es una actividad libre, que no será juzgada, en la que disponemos de un espacio personal, de un tiempo y de un margen de error, que en otras actividades no nos están permitidos.

Facilitar y respetar el espacio y el tiempo de juego para nuestros hijos, es indispensable porque cuando juegan…

  • estimulan su curiosidad, motor de cualquier aprendizaje
  • fortalecen su afán de conquista y de superación personal
  • se nutren de alegría, placer y satisfacción por los retos superados con esfuerzo
  • generan confianza en sí mismos y alimentan su autoestima
  • expresan sus sentimientos y emociones
  • interiorizan normas y pautas de comportamiento social
  • estimulan el desarrollo de las funciones físicas, psíquicas, afectivas y sociales

Está claro pues, que jugar no es optativo, ni puede substituirse por ninguna otra actividad. Y me gustaría aclarar que por jugar “se entiende todo comportamiento, actividad o proceso iniciado, controlado y estructurado por los propios niños; tiene lugar dondequiera y cuando quiera que se dé la oportunidad. El juego es voluntario, obedece a una motivación intrínseca y es un fin en sí mismo, no un medio para alcanzar un fin”, según nos dice el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas (*). Es decir, estamos hablando del juego libre y espontáneo al que se lanzan los niños y niñas a la que les brindamos la oportunidad.

En este sentido nuestro papel como padres o madres es fundamental. Se trata de facilitar y disfrutar de su juego. A veces será jugando con ellos. Otras veces será simplemente procurándoles el espacio adecuado, el tiempo suficiente y los materiales apropiados, y regalándonos el tiempo para mirarles y disfrutar, a distancia de su juego.

¿Alguien duda, todavía, de la seriedad del juego?

Imma Marín

www.immamarin.com

Presidenta d’IPA Spain

Miembro del Observatorio del Juego Infantil (OJI)

Fundadora de MARINVA

(*)Comité de los Derechos del Niño. Observación general nº 17 (2013) sobre el derecho del niño al descanso, el esparcimiento, el juego, las actividades recreativas, la vida cultural y las artes (artículo 31).