Desmontando a Roures

El subtítulo de portada lo dice todo: "De líder trotskista a magnate de la comunicación". La revista publica en su número de noviembre un perfil sobre uno de los empresarios más "misterioso" del sector audiovisual, el ubicuo Jaume Roures, presidente de Mediapro. Vanity Fair

El trabajo arrancó con el beneplácito de Roures , quien posteriormente se echó atrás y que ahora incluso amenaza con llevar ante los tribunales a la revista si se viola su "derecho a la intimidad" al publicar informaciones que "no cuenten con la justificación suficiente de interés público o general".

Jaume Roures . Según se justificó ante el redactor, Andrés Aguayo, había hablado con algunos de los profesionales próximos al productor que intervienen en el reportaje, y temía por su "intimidad". se comprometió a conceder dos entrevistas a Vanity Fair

Quizá entiende que pertenece a esta parcela su militancia, cuando aún era menor de edad, en el trotskismo, donde llegó a tener responsabilidades en el secretariado general. Porque, según el redactor, "evita dar detalles concretos"; tanto como para no recordar si estuvo siete u ocho veces en la cárcel.

Sobre su salida de TV-3 (en la que entró como ayudante de producción cuando arrancó la cadena, en 1984, y fue, según sus palabras, fundador del comité de empresa), asegura que renunció por problemas de conciencia sobre la línea editorial que se siguió en la primera Guerra del Golfo. "Me repugnaba", sostiene.

Lo que no ha impedido que, años después, y ya desde Mediapro, presuma en su página web de que "un equipo de Mediasat", una filial, trabajó en Bagdad para dar cobertura a 30 cadenas de televisión que informaban de la Guerra de Irak.

Al dejar TV-3, un subdirector de Dorna, primera gran productora que abrió camino en España a la explotación de derechos deportivos, acudió a su rescate. También recurre a su condición de hombre de principios para explicar por qué dejó esta compañía, disconforme con la entrada de Mario Conde en el accionariado.

Aunque ahí entra en juego la memoria del ex presidente de Dorna, Carlos García Pardo, para precisar que Conde compró la mitad de la sociedad antes incluso de que Roures se incorporara, y que la salida de éste coincidió, como la de otros tantos, con la intervención de Banesto por parte del Banco de España, el 28 de diciembre de 1993.

Al año siguiente fundó Mediapro junto a su compañero en Producción de Deportes de TV-3, Tatxo Benet. A mediados de 2006, esta compañía se asoció con el Grupo Árbol (Mediapro) para fundar el holding Imagina, donde entró el año pasado Juan Abelló para hacerse con un 20%.

Imagina es propietario de un 69,95% de Grupo Audiovisual de Medios de Comunicación (GAMP), que a su vez tiene un 51% de La Sexta.

Un galimatías por el que los servicios jurídicos de la cadena, en plena observancia del periodismo de precisión, recurren a los tribunales para exigir una rectificación cuando en alguna noticia se hace uso de la expresión "Mediapro, socio de referencia de La Sexta", o similares.

También exige Roures, como pone de manifiesto su advertencia a Vanity Fair, un estricto respeto a la verdad. Sobre su relación con el ex entrenador del Barça Johann Cruyff, la directora de la Fundación Cruyff confirma a la revista de Condé Nast que el productor es secretario de la misma desde 1995. Un matiz por el que el éste demandó a El periódico de Catalunya cuando en 1996 lo identificó en un perfil como presidente de la entidad.

Y tacha de "bulo" que el ex futbolista holandés pusiera el capital inicial de Mediapro. "Éramos Tatxo y yo en una oficina. La gente nos contrataba para gestiones puntuales, nosotros las hacíamos y nos pagaban".

De aquel despacho se ha pasado a una compañía que : la fórmula 1 a partir de la próxima temporada, la Liga de Campeones para su explotación en pago también desde la campaña del año que viene, gran parte de los equipos de fútbol de Primera División, por lo que mantiene un conflicto con Sogecable, accionista mayoritario de Audiovisual Sport... ahora cuenta en su cartera con los derechos audiovisuales

Y eso que Roures quita mérito a su fulgurante carrera: "El problema es que en España, la gente no se propone hacer cosas".