Paz extrajudicial en la guerra por el control del mercado hispano en EEUU

Las dos grandes empresas de la televisión hispana, Univisión y Televisa, anunciaron que "enmendaron" su contrato de licencia de programación, por lo que descartan el juicio que habían iniciado en Los Ángeles a principios de mes.

"Estamos complacidos de que con el acuerdo alcanzado hoy concluye este largo litigio. Este acuerdo atiende a los intereses tanto de Televisa como de Univisión", declararon las empresas en un comunicado conjunto.

Los cambios al Contrato de Licencia de Programación (PLA, por su siglas en inglés) garantizan que la cadena estadounidense Univisión continuará transmitiendo la programación de la mexicana Televisa.

Mientras, la mexicana continuará haciendo uso de la cobertura de la red de Univisión como un importante canal de distribución de su contenido en el mercado estadounidense.

Televisa reclamaba que Univisión violó los términos de un acuerdo que vence en el año 2017 y por el que la empresa mexicana suministraba en exclusividad su producción de telenovelas.

Este acuerdo fue negociado en el año 1992 por el entonces presidente de Univisión, Jerrold Perenchio, con su homólogo de Televisa, Emilio Azcárraga Milmo, y el empresario venezolano Gustavo Cisneros.

En mayo de 2005, Televisa presentó una querella que inicialmente solo contemplaba daños y perjuicios por falta de pago de algunas regalías, pero que luego se amplió a incumplimiento de contrato, con el fin de cancelar definitivamente el acuerdo.

Cerca de 80 millones de dólares en daños y perjuicios pedía la empresa mexicana por comerciales no vendidos que fueron usados por subsidiarias de Univisión en EEUU y que, según esta última, no formaban parte del acuerdo.

Con la enmienda del PLA se simplifica el cálculo de regalías, lo que generará un aumento en el pago a Televisa a cambio de derechos adicionales para Univisión.

Durante el juicio que comenzó el pasado 6 de enero, el abogado principal de la cadena estadounidense, John Keker, argumentó que el verdadero interés de Televisa era rescindir el contrato para poder ofrecerlo a otros interesados por un mayor valor.

También afirmó que la empresa mexicana inició la demanda en la misma época en que Univisión se puso en venta para ahuyentar a otros compradores y poder adueñarse de la cadena, que finalmente fue vendida por 12.300 millones de dólares en 2006 a un consorcio presidido por Haim Saban.

Los analistas coincidían en que en el juicio estaba en juego "el dominio de la televisión en español en los Estados Unidos", ya que Univisión llena cerca del 80% de sus espacios en los horarios de mayor audiencia con contenido de Televisa.

Si el juicio se hubiera resuelto a favor de Televisa, ésta hubiera podido rescindir el contrato firmado con Univisión para "vender" a un mejor postor su producto "estrella": las telenovelas. Y sin las telenovelas suministradas por Televisa, los ingresos anuales de Univisión se verían comprometidos.

En un acuerdo separado, Televisa otorgó hoy a Univisión los derechos de transmisión durante 2009 de los partidos en los que jueguen como locales los equipos mexicanos América, Necaxa y San Luis.

Sin embargo, no llegaron a un acuerdo sobre los derechos de transmisión del contenido de Televisa por internet en Estados Unidos, otra fuente de discordia entre las dos compañías. Esos derechos "serán adjudicados en una corte federal de distrito en Los Ángeles en marzo de 2009", detalla el comunicado conjunto