Ricky Gervais, el 'showman' efímero

Ricky Gervais presentando los Globos de Oro 2011.mediaset.es

Le ficharon para ser irreverente y cañero , un presentador que hiciera la gala menos aburrida. Y no defraudó. De hecho, según los organizadores de los Globos de Oro, se pasó tres pueblos. Tras su memorable actuación del pasado domingo, Ricky Gervais puede estar seguro de que no volverá a presentar una gala en Hollywood en mucho tiempo.

"Va a ser una noche de juerga y mucho alcohol, o lo que Charlie Sheen llamaría un desayuno". "Demos la bienvenida al papá de Ashton Kutcher: ¡Bruce Willis!". "La mejor película de habla no inglesa, una categoría que en Estados Unidos no le interesa a nadie". Estas fueron algunas de las perlas que el creador de The Office soltó en el escenario junto con burlas a la edad de Cher, -a las que vio en un capítulo de Bonanza- o la dudosa sexualidad de Tom Cruise. los retoques de las protagonistas de Sexo en Nueva York

Unas gracias que no han sentado muy bien en el seno de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA en sus siglas en inglés), los organizadores de la gala y quienes eligieron a Gervais para conducirla.

"Ricky no será invitado a la próxima gala, es un hecho. Cualquier película que haga puede olvidarse de que pueda ser nominado. Humilló a la organización anoche y fue muy lejos con algunas estrellas. Sus representantes nos llamaron para quejarse", afirman desde la HFPA.

Quejas que no parecen afectar en nada al humorista, que sostiene que al elegirle como presentador, sabían a lo que venían. "Se me permitió elegir con antelación a quién presentar y, evidentemente, elegí a aquellos para los que tenía las mejores bromas y tenían mejor sentido del humor", asegura Gervais.

"Todo el mundo se lo tomó bien y la atmósfera entre bastidores y tras la gala fue genial", concluye el humorista.

Y aunque crónicas como las de The New York Times, Entertaiment Weekley o Time aseguran que la sala permaneció en un "incómodo silencio" ante algunas de las bromas más osadas de Gervais, lo cierto es que el presentador también tuvo algún que otro aliado entre las estrellas del público.

El más activo fue Robert De Niro , que además de reír todas y cada una de las gracias de Gervais -incluso una grosería sobre los hábitos sexuales del dueño de Playboy Hugh Hefner-, cuando subió al escenario para recoger el premio honorifico Cecil B. DeMille se arrancó con un chascarrillo que tuvo al español Javier Bardem como protagonista.

"Antes de esta gala fueron deportados muchos de los votantes, junto a la mayoría de los camareros y Javier Bardem", señaló entre risas De Niro.

Aunque también hubo quien se reveló ante la irreverencia de Gervais. "Este tipo antes era gordito y gracioso. Ahora no es ninguna de las dos cosas", dijeron Tom Hanks y Tim Allen cuando subieron al escenario. Donde las dan las toman.

La entrega de premios, retransmitida por NBC, fue vista por 14,3 millones de espectadores, frente a los 14.130.000 del año pasado.