'La Señora', ¿era otra?

Adriana Ugarte y Rodolfo Sancho, protagonistas de 'La Señora'.mediaset.es

La escritora asturiana Susana Pérez-Alonso ha denunciado ante la Fiscalía Superior del Principado de Asturias que la serie de televisión La Señora es un plagio de su obra MelaniaJacoby. En su escrito, la escritora no acusa a ninguna persona, aunque sí insta a que el ministerio público investigue si se ha producido un delito.

Pérez-Alonso encuentra "evidentes coincidencias" entre su obra y llegó a su fin el 18 de enero de 2010. Melania Jacoby, registrada el 16 de enero de 2006, con la serie de televisión Melania Jacoby,La Señora

Pérez-Alonso relata que en el año 2005 firmó un contrato con Ediciones B para la publicación de sus próximas novelas, entre la que se encontraba Melania Jacoby. El plazo de entrega de esta obra se fijó para el 30 de septiembre del año 2006.

Según se desprende de la denuncia, a finales del año 2005 la escritora comenzó a tener problemas de salud y se le diagnosticó una enfermedad genética que le impedía escribir con la misma intensidad. Esta situación fue puesta en conocimiento de la dirección de Ediciones B en varios correos electrónicos.

Desde la editorial en otras misivas le contestaron que "no debía preocuparse de nada".

Posteriormente, la escritora refleja en la denuncia que le comunicaron el cese de toda la cúpula de la editorial del Grupo Zeta Ediciones B y que "todo comenzó a ser un poco caótico".

Aún así Pérez-Alonso continuó en el mes de julio de 2007 enviando trozos de la novela. En el mes de mayo-junio del año 2008 entregó la novela con anotaciones para los correctores, sin que nadie le dijese desde la editorial qué debía escribir a continuación.

Fue cuando desde la editorial le comunicaron que no contaban con la novela Melania Jacoby, ya que no había sido presentada en el tiempo exigido.

Ante eso la escritora pidió las copias que había enviado. La denunciante sostiene en su escrito enviado a la fiscalía que "nunca jamás en aquellas fechas se le entregó relación alguna de quiénes habían tenido acceso a los manuscritos y menos certificado de haber destruido dichos manuscritos en cualquier tipo de soporte que estuviesen".

Ambas partes acordaron dar por extinguido su relación contractual referida a la citada obra y desde ese momento Susana Pérez-Alonso recupera todos los derechos sobre la obra que había cedido a Ediciones B.

A raíz de estos hechos, fue una hermana de la denunciante la que le advirtió de que la trama y los personajes de la serie de televisión La Señora era igual que la novela Melania Jacoby.

Pérez-Alonso comenzó entonces a interesarse por la serie de televisión. Llamó a la productora de la serie, Diagonal TV, y el productor de la serie, Joan Bas, le dijo que desconocían "lo que podría haber sucedido" y que la autora de la idea original era Virginia Yagüe Romo y que "de hablar con alguien debería hacerlo con ella".

El primer aspecto que la escritora refleja en su denuncia es la coincidencia histórica y geográfica en la que ambas historias se sitúan. En las dos hay menciones a la Guerra de África y el periodo de la dictadura de Primo de Ribera.

En este sentido también comparten escenario de conflictos mineros que en ambas obras se extienden también al sector astillero, aunque en la novela la familia Jacoby sea propietaria de negocios en ambas industrias y en la serie los negocios mineros sean propiedad de la familia Márquez, y los astilleros de los De Viana.

Otro elemento común de carácter histórico que aparece en las obras es el fascismo italiano y los Camisas Negras.

En la construcción y dibujo de los personajes es donde más similitudes, según la denunciante, se pueden hallar entre la novela y la serie , en especial en la concepción de sus protagonistas principales, Melania Jacoby y Victoria Márquez, respectivamente.

Tanto Melania como Victoria son mujeres adelantadas a su tiempo, disconformes y rebeldes, que no se resignan a cumplir con el rol social de pasivas señoras de alta sociedad.

Aunque las dos tienen fuertes sentimientos religiosos, no son en ninguno de los casos ortodoxos, siendo ellas mujeres más espirituales que devotas, según la denunciante.

Otra de las similitudes que destaca Pérez-Alonso es la muerte de la protagonista.

En la novela las minas son de carbón mientras que en la serie, las minas son de hierro. Aún así, destaca la denunciante, cuando la protagonista fallece, sobre su féretro ponen varios mineros rocas de carbón. "Me resulta extraño que siendo una mina de hierro terminen poniendo carbón", señala la escritora en su denuncia.