Ángel Sastre, "en una nube" tras su liberación

Ángel Sastremediaset.es

Ángel Sastre, uno de los tres periodistas españoles liberados el 7 de mayo tras diez meses de secuestro en Siria, ha afirmado que se encuentra "muy feliz" y "en una nube" tras su llegada a España. "La vida te cambia casi en cuestión de horas. Después de estar en Siria casi 10 meses, ahora estoy en Madrid con mi familia, después de haber pasado lo que he pasado", ha relatado Sastre en declaraciones a Onda Cero.

Asimismo, el periodista ha asegurado estar en "fase de recuperación de la vida que tenía" y ha añadido que tiene "una deuda que cumplir" con sus familiares, que se han comportado "como unos jabatos".

Seguidamente, Ángel Sastre ha manifestado que él y sus compañeros han estado "muy arropados" por el Ejecutivo y se ha mostrado "muy agradecido" por la gestión del Gobierno, y por la llamada telefónica del rey Felipe VI tras su aterrizaje en Madrid.

Los periodistas freelance Antonio Pampliega, José Manuel López y Ángel Sastre, liberados el 7 de mayo, desaparecieron en la ciudad de Alepo (Siria) el 12 de julio del pasado año, apenas unas horas después de haber entrado en el país por Turquía.

Capturados por el Frente Al Nusra, la filial de Al Qaeda en Siria, han pasado buena parte de su cautiverio juntos en una casa en Alepo, ciudad en la que antes de su secuestro se disponían a hacer un reportaje, aunque también les han ido moviendo por otras zonas del país.

Su guía, el sirio Usama Ajjan, al que ya conocían de viajes anteriores, colgó en las redes sociales varias fotos con sus "amigos españoles" nada más pisar suelo sirio, lo que inconscientemente pudo alertar a sus captores de la presencia de los tres periodistas en el país. De hecho, Ajjan fue capturado junto a los tres españoles, pero en su caso le soltaron unos 20 días después.

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) les ha tenido localizados y exigió a sus secuestradores que les ofreciese lo que se denomina pruebas de vida,pruebas de vida es decir, garantías de que los rehenes estaban vivos cuando los servicios secretos no podían comprobar este extremo directamente.

Durante el secuestro, los tres reporteros han recibido un trato razonable por sus captores -según han contado a sus familaires y amigos-, que incluso les han permitido ver el fútbol por televisión e intercambiar cartas con sus allegados. Los tres españoles compartieron parte de su cautiverio con un ciudadano japonés y una mujer alemana embarazada.