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La capa de Ramontxu que Ana Obregón tiró por el balcón de la Puerta del Sol

EUROPA PRESS 18/12/2015 13:48

Ana García Obregón tiró la capa de Ramón García por el balcón de la Puerta del Sol de Madrid cuando intentaba cubrirse con ella. Es la anécdota más divertida que recuerda de las veces que ha dado las Campanadas. Que, según ella, ha sido en diez ocasiones -"en La 1, creo que fueron ocho o nueve años"-, cuando en realidad han sido cuatro: en 1994 junto al ya fallecido Joaquín Prat y en 1995 y 2004 con Ramontxu en TVE, y en Antena 3 con Pedro Rollán en 1999.

García Obregón es esta Navidad imagen de una marca de cervezas junto a otros veteranos presentadores de la depedida del año como Mayra Gómez Kemp, José María Iñigo o Juan Muñoz, de Cruz y Raya.

¿Qué consejo le daría a los campanadistas

¿Consejos? A ver, el primer año que las di fue con el gran maestro Joaquín Prat y la verdad es que él me dijo -era en el año 94 y yo ya estaba metida en televisión, no recuerdo ahora, porque he hecho bastantes cosas, creo que estaba con el Qué apostamos- que estaba "nerviosísimo" antes de la transmisión. "Pero Joaquín, si tú eres el maestro", le respondí. "Ya, pero nos ven 12 millones de personas", me dijo.

Y a mí eso, en cambio, me da subidón. Entonces, creo que el consejo es que disfruten el momento. Es un momento muy especial y ése es el único consejo. Otro consejo muy importante es callarte. En el momento en el que empiezan las campanadas y acaban los cuartos, hay que callarse. Decir "la primera, la segunda...", no, porque siempre metes la pata.

¿Qué anécdota recuerda del año o años que en que presentó las Campanadas?

En mi caso son 10 años de dar las Campanadas (como recordamos al principio, en realidad fueron cuatro), entonces hay muchas anécdotas.

Yo creo que la más divertida de todas fue, después de diez años de ver a Ramontxu con su capa -que ya estaba harta,- en el 2004, que fue el último año que retransmití las Campanadas, cogí la capa, y le dije: "Ay, tengo frío, déjame la capa". La cogí e hice una larga cambiada al modo taurino y la tiré a todos los que estaban abajo en la Puerta del Sol.

Y todos, como locos de contentos, cogieron la capa y desapareció. No se volvió a saber nada de la capa.

Otra anécdota fue que esa vez había mucho cachondeo en Internet por la rima con el nuevo año. Entonces, nadie se atrevía -ni Ramontxu ni yo- a decir "feliz 2005", porque el primero que lo dijera... Los que estaban abajo en la Puerta del Sol... Pues fue Ramón quién lo dijo y, por supuesto, las miles de personas de la Puerta del Sol nos dijeron la rima entera al unísono, fue brutal.