Concha Velasco: "Tengo una cabeza privilegiada"

EUROPA PRESS 28/03/2017 17:12

A los 77 años Concha Velasco sigue imparable. La actriz no deja de trabajar y compaginar varios proyectos a la vez. Sigue con el programa Cine de barrio (La 1), está de gira con la obra de teatro Reina Juana y acaba de rodar la serie Las chicas del cable para Netflix. Un no parar que afronta con mucha alegría y vitalidad, asegurando encontrarse estupenda de salud.

Lejos queda ya aquel linfoma que le diagnosticaron hace casi cuatro años y que a día de hoy solo le ha dejado algunas secuelas.

Pronto la veremos en Las chicas del cable

Concha Velasco: Acabamos de hacer la primera temporada. Es una serie para Netflix.

¿Cómo es su personaje?

C. V.: Soy Carmen Cifuentes, la dueña de Telefónica. Es una señora mandona, rica, guapa, elegante y que tiene unos secretos importantes. El edificio y todo lo que hay dentro es propiedad de ella y de su familia.

¿Qué tal es trabajar con actrices jóvenes como Blanca Suárez?

C. V.: Blanca Suárez es la bomba. Es guapísima y es una actriz buenísima, igual que Ángela Cremonte, que da vida a mi hija en la ficción.

Es la hija que no ha tenido en la vida real...

C. V.: En la vida real estoy muy bien como estoy, no necesito más de lo que tengo.

Está en el teatro, con una serie y con un programa de televisión. ¿De dónde saca esa fortaleza?

C. V.: De mí misma. ¿De dónde la voy a sacar? (ríe). Estoy jubilada desde hace muchos años, pero si no hago yo los papeles de mayores, ¿quién los va a hacer?

Siempre ha dicho que no piensa retirarse.

C. V.: No, no tengo por qué, tengo una cabeza privilegiada. Soy una de las pocas actrices que es capaz de aprenderse el texto de memoria en dos horas. Somos muy poquitos los que podemos hacerlo.

¿De salud cómo está?

C. V.: El día 5 de abril se cumplen cuatro años desde que me descubrieron un linfoma, ahora estoy estupenda. Me han quedado cosillas tras el linfoma, pero estoy estupenda.

¿Tiene que seguir algunas recomendaciones después de aquello?

C. V.: No. Comer poquito, pero las cosas malas ya no se cuentan. Estoy estupenda.