El retoque estético del que se arrepiente Kim Kardashian

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Kim Kardashian se ha tomado muy en serio la dieta para perder el peso que ganó durante el embarazo de su segundo hijo, Saint West -nacido el pasado diciembre-, y aún quiere deshacerse de 10 kilos. La esposa de Kanye West fue vista en la discoteca Hakkasan, de Las Vegas, sin probar una gota de alcohol, una de las medidas drásticas que se ha impuesto para cumplir con su régimen. "He ganado mucho peso y tengo mucho que perder", reconoció a los medios, añadiendo que está empezando a sentirse bien con su figura.

"Las cosas empiezan a encajar. Creo que esta vez la pérdida de peso ha sido más rápida porque he aprendido a comer mejor. Estoy comiendo de manera diferente", añadió la celebridad de 35 años.

Kardashian, que ha empezado a entrenar, confesó estar haciendo la dieta Atkins, que apuesta por la ingesta de proteínas, evitando los azúcares y los carbohidratos. "Creo que mezclar ejercicio y dieta realmente me ayudará a perder los últimos 10 kilos", añadió.

La hija de Kris Jenner comentó que había volado a Las Vegas para acudir a la fiesta después de leer un cuento y dejar a sus hijos dormidos. Además, tenía previsto regresar a Los Ángeles antes de que despertaran.

También ha confesado Kim Kardashian lo arrepentida que está de uno de sus retoques estéticos.

Hace unos años, la esposa de Kanye West eliminó, con la ayuda del láser, su pelo de bebé -ese cabello débil que nace al principio de la frente- para tener una piel más limpia. "Siempre me molestaba", explicó en su página web, KimKardashianWest.com.

"También me quité con láser el pelo del cuello. Como los fotógrafos siempre me lo quitaban con Photoshop, pensé que era lo mejor. Pero ahora los echo de menos porque eran tan juveniles"..., contó la celebrity, que ahora no podrá seguir la tendencia que propuso Givenchy, una de sus firmas favoritas, de lucirlos.