'El método Osmín': 30 días de puesta a punto con agua, pescado y ensalada y sin sexo

"Mi método es una terapia de choque que sólo yo puedo llevar a cabo. Para algunos es una auténtica locura, pero mi experiencia en el entrenamiento personal me ha demostrado que es totalmente efectivo". Así define Osmín Hernández el plan de entrenamiento intensivo al que se han sometido los nueve participantes de la primera temporada de El método Osmin, coach que es una de las novedades de Cuatro para el año que viene y cuya grabación ha finalizado esta semana.

"No nos lo pensamos cuando vimos por primera vez el programa original. Teníamos claro que estábamos ante un gran formato televisivo con un método que sólo Osmín puede aplicar. Es un hombre con un carácter diferente, carismático y arrollador con una particularidad: su trayectoria vital y personal le ha llevado a descubrir que la calle es su gimnasio. Osmin viene acompañado por su método, que se aplica durante un mes como si fuera un plan de choque. No se trata de un plan de adelgazamiento o una dieta extraña, al contrario: aquí se adelgaza, pero porque se realiza un entrenamiento físico muy intenso", ha explicado en un encuentro con los medios, Mariano Blanco, director del Área de Producción de Entretenimiento de Cuatro".

Según Joaquín Zamora, director de Entretenimiento de La Competencia Producciones, en el programa destaca "la formación militar de Osmin, que traslada a su método". Además ha añadido que éste "consiste en ponerse en forma, no sólo trabajando la parte física, sino también la mental. Al final, se convierte en un reto".

Durante 30 días, nueve voluntarios se han puesto en manos de Osmin Hernández, conocido popularmente como "el entrenador de las estrellas","el entrenador de las estrellas" para lograr un triple objetivo: mejorar físicamente, aumentar la autoestima y lograr un cuerpo sano y tonificado.

Para ello, los participantes se han sometido a un exigente entrenamiento tomando las calles como improvisados gimnasios y valiéndose de escaleras, badenes y vallas, entre otros objetos, como elementos deportivos.

Además, para completar con éxito El método Osmin han tenido que cumplir otras dos reglas -prescindir del sexo y seguir una dieta a base de pescado, ensaladas y agua-, y han debido superar una serie de tentaciones

Una joven que no para de mirarse en los espejos; un hombre que quería recuperar su peso después de que su mujer le abandonara; una pareja gay; un hombre en plena crisis de los 40; un fanático de los videojuegos; dos mujeres con sobrepeso y un chico que quería superar las oposiciones para Policía Nacional han sido los nueve voluntarios que fueron elegidos para entrenarse con el preparador cubano entre los más de 3.000 candidatos que se presentaron al casting

Osmin Hernández ha comentado que "al programa se presenta gente que aunque quiere mejorar su aspecto, siempre esconde algo más en su interior: personas con depresión o que estaban pasando un mal momento anímico, otros que se habían abandonado un poco, casos de infidelidad o rupturas de pareja...". Y ha añadido: "Mi método no sólo es físico sino que proporciona las herramientas necesarias -fuerza de voluntad, disciplina y seguridad- para conseguir la meta que te propongas. Si logras superar mi método no hay ningún obstáculo que no puedas salvar".

Cualquier elemento urbano sirve para conseguir un cuerpo diez. Sustituyendo las máquinas de las salas deportivas por cualquier elemento de mobiliario urbano y tomando el centro de la ciudad o parques como localizaciones, el estricto entrenador cubano no ha dudado en imponer su férrea disciplina militar para que los voluntarios llegaran a lograr sus objetivos. Para conseguirlo, ha sometido a cada uno de ellos a una vigilancia permanente para asegurarse de que siguieran las directrices de su método: "pescado, agua y ensalada" como nutrientes esenciales de la dieta; "sin sexo durante los 30 días", Osmin exige concentrar toda la energía en los entrenamientos y considera que el sexo es una distracción de la que debe prescindir todo aquel que se ponga bajo sus órdenes; "no hay excusas para no hacer ejercicio físico". No es necesario ir al gimnasio más caro para motivarse a hacer deporte y todos pueden mejorar su tono muscular trabajando el cuerpo en cualquier lugar. "En la ciudad o en el campo encontramos todo lo necesario para estar en forma", asegura el entrenador.

Osmin es implacable: hay que seguir su método a rajatabla y cuando alguien ha desobedecido sus órdenes y ha caído en alguna tentación ha recibido una penalización instantánea. Nadie ha escapado a la vigilancia del entrenador, ya que ha estado pendiente en todo momento de sus alumnos incluso en los días libres, llegando a espiarles y presentándose en sus casas en cualquier momento. Además, para asegurarse de que cumplieran sus indicaciones ha contado con la ayuda de agentes especiales -familiares o amigos de los protagonistas- que han hecho todo lo posible para colaborar con el duro entrenador.

Hernández ha valorado muy positivamente su experiencia en nuestro país: "En España me lo estoy pasando genial, aunque diré que éste ha sido uno de los trabajos más duros de mi vida. También me he dado cuenta de que aquí la gente es más respondona, y ha comentado: "Me gustaría quedarme a vivir una temporada aquí, poder visitar más ciudades y disfrutar al 100% de la gastronomía", aunque según Osmín, "las tapas deberían empezar a cobrarlas, porque no ayuda para mi método".

No obstante, hay una costumbre que considera peligrosa para el mantenimiento de la buena forma física: la siesta. "Creo que la siesta es la responsable de que muchos no estén en forma, no ayuda en nada a salir del sedentarismo y lograr un cuerpo tonificado, debería estar limitada a un día a la semana".

Osmin Hernández asegura que no acepta un "no" por respuesta en sus entrenamientos. Gracias a su severo método ha conseguido poner en forma a numerosas celebrities, entre las que destacan los actores Mickey Rourke, Matt Damon y Mark Walhberg, los cantantes Madonna, Mariah Carey y Jon Secada y la tenista Anna Kournikova.

Sus grandes logros en competiciones de kayak le abrieron la puerta a la formación académica, aunque decidió encaminar sus pasos hacia el ejército, donde fue sometido a duros entrenamientos y a una inflexible disciplina. Con tan sólo 20 años decidió abandonar Cuba y emigró como balsero En su tiempo libre entrenaba en la playa aplicando sus conocimientos. Ahí nació su método y así ha llegado a nuestro país: dispuesto a no dejar indiferente a nadie.