Adiós a los platos 'amateur', llega la máxima competición a 'Ven a cenar conmigo'

TELEMANIA.ES 10/12/2017 11:51

Se acabaron las tonterías en Ven a cenar conmigo. El concurso de Cuatro arranca en Madrid con cinco aspirantes a ganar los 3.000 euros como mejor anfitrión dispuestos a todo. Nada de platos amateur o improvisaciones locas de última hora. Los cinco concursantes no solo son apasionados de la cocina, además se manejan bien entre fogones.

Todos ellos saben dónde se están metiendo y pondrán toda la carne en el asador para erigirse victoriosos. A partir del lunes 11 de diciembre, a las 20.30 en Cuatro, el listón estará muy elevado, pero solo uno de ellos se alzará con el premio final.

El primero en mostrar sus cartas será Óscar, el yerno ideal. Educado, deportista, simpático y guapo, a sus 40 años es empresario por partida doble: regenta una empresa familiar y tiene su propio gimnasio. Óscar tiene una gran afición por la cocina y disfruta probando nuevas técnicas para sus amigos.

Igual de apañado se presentará Carlos, que a sus 48 años ha conseguido organizar su vida de manera que no necesita trabajar. Como Óscar, se considera un apasionado de la cocina en todos los sentidos: disfruta cocinando y estudiando, pero también le gusta comer y probar todo tipo de comida. Es exigente y dará el toque teórico a las cenas de esta semana.

Yoka es japonesa y tiene 37 años. Vino a Madrid hace 10 años por amor y ha construido su vida aquí. Tiene un exitoso puesto de sushi en un mercado del centro de la ciudad. Es una mujer dinámica y muy divertida y no tardará en conquistar el corazón de sus compañeros. La cena de Óscar, de influencia oriental, será una de sus favoritas en el concurso.

Mirko es un italiano de 41 años que trabaja como bailarín y que se formó en musicales y cabarets. Una de sus aficiones es el patronaje, hobby que heredó de su madre, que era costurera. Es un hombre inquieto, muy divertido y cariñoso. Su debilidad son sus dos perros. En la cocina, se defiende a su manera.

Por último, llegará el turno de Blanca, una escritora de 55 años que también trabaja como facilitadora de biodanza. Es creativa, apasionada y le gusta estar muy conectada con la naturaleza. Está convencida de que la cocina no solo debe llenar la tripa, sino que también tiene que alimentar el alma.