Los actores de Anatomía de Grey han de andar con pies de plomo al tratar con Shonda Rhimes. Si se le lleva la contraria, la creadora y productora ejecutiva de la serie se venga delante del teclado del ordenador. Sus desencuentros con Katherine Heigl e Isaiah Washington ya les valieron un castigo en su momento. Ahora le ha tocado a uno de los personajes principales del drama médico en la recta final de la 11ª temporada.
La emisión del capítulo en cuestión -que pronto llegará a España, donde Divnity ofrece la serie los martes en prime time- dejó pegados en el sofá a los seguidores de la ficción en Estados Unidos, que se volcaron en las redes sociales para mostrar su indignación y enfado con Rhimes.
A partir de aquí se cuenta qué ha pasado. Así que mejor no seguir leyendo si no se quiere que los spoilers
La crisis de pareja entre Meredith (Ellen Pompeo) y Derek (Patrick Dempsey) ha sido uno de los ejes de la 11ª temporada, y que se ha resuelto con una despedida hasta la eternidad.
En una escena llena de dramatismo, se ve a Meredith, rota al lado de la cama de su esposo, el doctor Macizo, mientras decide si mantener el soporte vital o dejarle marchar para siempre.
Esta salida de Dempsey no estaba prevista al principio de temporada. Según una fuente cercana a la producción, la marcha se debería a los desencuentros entre la creadora, Shonda Rhimes, y el intérprete de 49 años. "Patrick ha estado actuando como una diva y ha chocado con Shonda", comentaba esta fuente.
2015 está resultando aciago para Dempsey también en lo personal. A principios de este año, saltaba la noticia de su divorcio de Jillian Fink, tras tres lustros de feliz matrimonio. No se han desvelado los motivos de esta separación, y solo se sabe que la negociación no está resultando nada fácil, ya que su exmujer no está dispuesta a renunciar a su parte en los 40 millones de dólares (36,8 millones de euros) que atesora el actor y piloto de carreras, y, menos, a cederle o compartir la custodia de sus tres hijos en común.