Luisa Carnés

Luisa Carnés
  • “La mujer vale tanto como el hombre para la vida y la política social”

Luisa Carnés nació en 1905, en el barrio madrileño de Las Letras-Huertas, en una época de condiciones duras para las familias humildes como la suya, donde no pudo ir mucho a la escuela porque con apenas once años ya trabajaba. A pesar de ello, Luisa devoraba libros por las noches, no había tregua para esa mente inquieta que se desvivía por adquirir cultura, y es por eso, que escribía por las noches y trabajaba por el día.

Representa un ejemplo de precocidad en la literatura española de la década de 1920, poco común dada su escasa formación y su condición autodidacta. A los 18 años comenzó a escribir cuentos, y a los 30 años ya había publicado tres novelas. Críticos e investigadores la sitúan dentro de la narrativa social de preguerra o como integrante de los llamados "prosistas del 27". Carnés mostró un creciente interés por los temas sociales, donde los podemos ver plasmados en su obra escrita, en ocasiones firmada con el pseudónimo de Clarita Montes.

Luisa trabajó como administrativa en la CIAP —la Compañía Iberoamericana de Publicaciones, uno de los mayores grupos editoriales de la época y allí conoció a Ramón Puyol, su primer marido. En 1931 la CIAP quiebra y Luisa, sin empleo, no tiene otra que marcharse a Algeciras, donde se encuentra la familia Puyol, acompañada de su marido y su hijo pequeño. Pronto descubre que la vida de ama de casa no está hecha para ella, añora el ajetreo de Madrid y su rol activo como periodista. Tras un año en Algeciras, Luisa decide hacer su propia vida. Se separa de Ramón y regresa a la capital acompañada de su hijo, donde publica artículos, escribe cuentos, mientras acepta un empleo como camarera en un salón de té. Será aquí el origen de Tea Rooms, su novela más conocida, ya que, la obra supone una reflexión sobre la realidad social femenina, los bajos salarios, las jornadas extenuantes y la realidad del acoso. Además, apuesta por una mujer nueva, que pueda emanciparse gracias al valor de su propio trabajo.

Más tarde, Luisa conoce al poeta Juan Rejano, quién sería su compañero el resto de su vida con el que se marcha al exilio, con la llegada de la guerra civil, para trasladarse a México, lugar donde finalmente se instaló acompañada por su hijo y Juan Rejano. Allí permaneció hasta su muerte en marzo de 1964 en un accidente de automóvil, aunque su familia se salvó.