Entrevista Jesús Vázquez a los campos de refugiados de Ruanda

Entrevista Jesús Vázquez
  • 8 de cada 10 refugiados se quedan en los países limítrofes al suyo, NADIE quiere irse de su hogar

Entrevistamos a Jesús Vázquez, Embajador de Buena Voluntad de ACNUR para saber cómo ha vivido su última experiencia visitando los campos de refugiados de Ruanda.

Descubre todo sobre su último viaje en la entrevista que le hemos hecho.

¿Qué supone para ti ser Embajador de Buena Voluntad de ACNUR?

Es un gran honor, desde hace doce años, poder prestar mi voz a los millones de hombres, mujeres y niños que un día lo perdieron todo y tuvieron que huir de la persecución, la violencia extrema, la muerte, dejar atrás sus vidas, sus trabajos, sus hogares, y poner rumbo a un futuro incierto.

¿Cuántos viajes has hecho como Embajador?

Hemos hecho ocho o nueve, creo, hemos estado en las fronteras de zonas de enorme conflicto, como Siria, Libia, República Democrática del Congo o Somalia. Hemos estado en lugares con necesidades terribles como Etiopia, hemos constatado la tragedia de los desplazados internos en Colombia...

¿Cómo has vivido este último viaje a los campos de refugiados de Ruanda?

Ruanda, como suele suceder en estos casos, a pesar de ser un país con grandes problemas y desafíos, es un ejemplo de solidaridad y generosidad con sus vecinos, tiene una política admirable de acogida e integración con los refugiados congoleños, que huyen del conflicto en su país. Un espejo donde deberíamos mirarnos.

¿Qué destacas de esta experiencia frente a otras qué has vivido?

Precisamente lo que te estaba comentando, las políticas de integración de los refugiados con los habitantes de Ruanda, la puesta en marcha de proyectos comunitarios que involucren a ambas partes, en educación, agricultura, etc, permite que la vida de las comunidades mejore sustancialmente.

¿Qué mensaje te gustaría transmitir al resto de sociedades del mundo?

8 de cada 10 refugiados se quedan en los países limítrofes al suyo, NADIE quiere irse de su hogar. Los países limítrofes a las zonas de conflicto, absorben, con enorme generosidad, y a pesar de ser en su mayoría países en vías de desarrollo, a esa ingente cantidad de refugiados. Es algo que debería sonrojarnos e invitarnos a reflexionar. Debemos cambiar las políticas de acogida, promover una cooperación internacional para absorber de forma ordenada y solidaria estos flujos migratorios, implementar las medidas de apoyo, cooperación y desarrollo en las regiones de conflicto y los países limítrofes.