Luján Argüelles apunta y Cupido dispara sobre cinco candidatos
Aquí está, viene ya, tan feliz, con sus flechas de amor para... Para cinco exigentes solteros y sus aún más exquisitas madres. Cupido vuelve a la carga para lograr un pleno de historias de amor en la cuarta temporada de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?. El dating show más alocado de Cuatro regresa el miércoles, 14 de enero, a las 22.30, dispuesto a enamorar a los espectadores igual que si fuera la primera vez.
Un regreso a la esencia más cándida del amor, con unos pretendientes más tróspidos que nunca, unas madres tan desquiciadas como siempre y una Luján Argüelles resplandeciente mientras observa el devenir de los idilios y romances. Vuelve el amor a correr por la antena. Que comience el espectáculo. Arranca la cuarta temporada de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?
Líder absoluto entre los espectadores más jóvenes, con cuotas de pantalla que alcanzan el 19,3% entre los espectadores de 13 a 24 años y el 24,5% entre el público de 25 a 34 años; casi cinco puntos de ventaja sobre su directo competidor (10,3% vs 5,9% de share); y un crecimiento de más de cuatro puntos en el target comercial (14,6% vs 6,9%).
Así fueron las cifras de la tercera temporada de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, toda una revolución televisiva desde su primera emisión, y que rompe fronteras y que domina igualmente las redes sociales y las audiencias de Internet.
David, de 37 años, y su madre, María Rosa (Madrid)
"Mi madre me ha buscado chicas y me ha organizado citas a ciegas"
Trabajador, perfeccionista, tranquilo e incluso demasiado bueno. Así se define David, un treintañero decorador de interiores. Su madre, además, dice que es muy afectivo y algo reservado, lo que provoca que le cueste acercarse a las chicas. David adora vivir con ella, y mantiene una estrecha relación que para algunos roza la dependencia. Admite que ella le hace prácticamente todo y que influye en él más de lo que le gustaría. David quiere enamorarse y busca una mujer independiente y que sea muy limpia. No soporta a las chicas que no se asean.
"Cuando mi hijo llega a casa, yo ya sé si ha mojado"
María Rosa es una mujer más que singular. Tarotista y profesional de la astrología, la numerología, la parapsicología y demás dotes adivinatorias. Se considera una mujer camaleónica, con incontables facetas y con una gran capacidad de adaptación. Sus aficiones son, como ella, originales: le vuelve loca el Hip hop y le habría encantado haber sido negra y haber nacido en el Bronx. María Rosa ha tenido varios programas de televisión en los que echa las cartas, pasatiempo que también utiliza con su hijo cuando se trata de ver si es una chica con la que va a tener o no futuro.
Markus, de 28 años, y su madre, María José (Vigo)
"Mi mujer ideal es un putón familiar"
Despistado a la par que detallista y bastante impuntual. Markus es un chico atractivo, y lo sabe. Su verdadero nombre es Daniel pero en una agencia de modelos le aconsejaron ponerse uno algo más glamuroso y acorde con su personalidad. Tremendamente presumido, admite pasarse horas frente al armario eligiendo qué ponerse. También adora ir de compras. Incluso a los supermercados para ver las ofertas y deleitarse en la zona de los yogures. Fanático del pollo y el arroz, admite no comer prácticamente otra cosa e ir con el tupper a todos los lados. Le gustan las chicas exuberantes y, sobre todo, que estén de muy buen ver. Su madre y él son como el agua y el aceite. Quizás por ello se llevan bien. Sólo coinciden en una cosa: los dos siempre tienen sueño, se van durmiendo por las esquinas.
"Mi referente como mujer es Lina Morgan"
Maria José es una vendedora de seguros y madre de familia con carácter. Adora a su hijo, Daniel. Lo de Markus todavía le cuesta. Para él quiere una mujer cariñosa, que le guste el deporte y que quiera tener muchos hijos. Le encantaría que fuera religiosa, como ella, y espera que no sea ni celosa, ni orgullosa, ni dominanta. Para eso ya está ella. Su particular acento gallego y sus continuos despistes hacen de María José una madre entrañable que precisamente por eso pondrá en más de un aprieto a las candidatas de su hijo.
Sandro, de 29 años, y su madre, Rosa (Málaga)
“De mi han dicho que soy afeminado y mariquita. Si ellos lo dicen..”
Sandro es un chico andaluz, de derechas, más de Aznar que de Rajoy, aunque últimamente se siente más apolítico que nunca. Defensor de la monarquía como sistema de Gobierno en contraposición a la anarquía, y juancarlista a muerte, se considera sencillo y muy humilde, para nada prepotente y mucho menos chulo. Sin embargo, sabe que da una imagen exterior que no se corresponde con lo que es. Quizá el hecho de tener el cuerpo musculado, los brazos repletos de tatuajes, un look muy macarra, y además ser homosexual, despista un poco. Cansado de ir de flor en flor, busca un chico varonil, fuerte, con mandíbulas marcadas. Un hombre, en definitiva, igual que él.
“Yo a los homosexuales los huelo”
Rosa es una mujer todoterreno. Lo mismo friega vasos tras la barra de un bar que sabe dar la talla en un yate de lujo. Igual que su hijo, es monárquica, juancarlista y de derechas. Y está cansada de que su retoño solo esté con hombres sin oficio ni beneficio, a los que únicamente les gusta la fiesta, la noche y la juerga. Quiere para su Sandro un hombre con futuro. Demostrando su capacidad de adaptación, Rosa se infiltrará entre los candidatos a pareja de su hijo para descubrir quién va de frente y quién intenta engañarla.
Rafa, de 22 años, y su madre, María Luisa (Marbella)
"Me imagino mi boda como la de Julio Iglesias"
Exclusividad y lujo. Rafa vive rodeado de todo lo que cualquier joven puede querer: dirige varios negocios, tiene dinero, gustos caros y la posibilidad de practicar sus aficiones más prohibitivas. Está orgulloso de lo que tiene porque todo lo ha conseguido gracias al esfuerzo y el trabajo. Simpático y enormemente presumido, tarda siglos en arreglarse y es incondicional de sus visitas semanales a la peluquería. En el amor afirma ser cariñoso, pasional y muy generoso, aunque sabe muy bien que muchas chicas se acercan a él por interés económico. Le gustan las mujeres con carácter, simpáticas y si puede ser tatuadas. Pero eso sí, que le dejen su espacio, nada de agobios. Se considera un hombre fiel y admite no haberse enamorado todavía al 100%.
"Para Rafa quiero una chica ambiciosa que no se conforme sólo con una casa y un coche"
En su acento se mezcla el francés y el andaluz con una soltura encomiable. Fuerte y hecha a sí misma, no es una mujer rica sin nada que hacer en la vida. Dura trabajadora, ha aprendido a darse el lujo de la buena vida y no resistirse a los caprichos. Maniática de la limpieza, para su hijo quiere sobre todo una mujer elegante. Aborrece a las chicas quejumbrosas y, sobre todo, a las que van mal arregladas y con la ropa sin planchar. No lo soporta. Y si algo no le gusta, María Luisa saca la leona que lleva dentro y defiende a su cachorro a toda costa.
Diego, de 23 años, y su madre, Estrella (Mérida)
“Mi cita ideal sería ver unas cuantas películas en casa, salir de fiesta por la noche e ir de empalmada al parque de atracciones”
Diego es un chico ilustrado. Graduado en Comunicación Audiovisual, estudia un máster de investigación aplicada a medios de comunicación. Hasta aquí, todo correcto. Lo singular comienza con sus aficiones: las películas de serie B y serie Z, la música hortera de los 70/80, la copla, coleccionar estampitas de vírgenes y todo lo kitsch. Diego es un friki confeso. De simpatía selectiva y sentido del humor particular, de entrada parece un poco borde. Con las mujeres es bastante exigente y le gustaría que su aventura en ¿Quién quiere casarse con mi hijo? terminara pues eso, en boda, como en una película musical. Y con él vestido de novia.
“Quiero una chica moderna pero con tradiciones. Que pueda ir al concierto de los Rolling Stones y a la vez le guste Eurovisión”
Estrella es una mujer que llama la atención, de las que dejan huella. Fue presentadora de informativos en Extremadura y durante muchos años llevó un elevado nivel de vida. De elegancia innata y bastante camaleónica, odia la vulgaridad y no se imagina a su hijo eligiendo una mujer sin estilo. No le gustan especialmente la fiesta de los toros pero acude habitualmente a verlos porque adora el ambiente que se respira en la plaza: el glamour, los rostros conocidos… Con su hijo, del que está tremendamente orgullosa, tiene una gran complicidad. De hecho, se llaman cinco veces al día.
Diego, de 23 años, y su madre, Estrella (Mérida)
“Mi cita ideal sería ver unas cuantas películas en casa, salir de fiesta por la noche e ir de empalmada al parque de atracciones”
Diego es un chico ilustrado. Graduado en Comunicación Audiovisual, estudia un máster de investigación aplicada a medios de comunicación. Hasta aquí, todo correcto. Lo singular comienza con sus aficiones: las películas de serie B y serie Z, la música hortera de los 70/80, la copla, coleccionar estampitas de vírgenes y todo lo kitsch. Diego es un friki confeso. De simpatía selectiva y sentido del humor particular, de entrada parece un poco borde. Con las mujeres es bastante exigente y le gustaría que su aventura en ¿Quién quiere casarse con mi hijo? terminara pues eso, en boda, como en una película musical. Y con él vestido de novia.
“Quiero una chica moderna pero con tradiciones. Que pueda ir al concierto de los Rolling Stones y a la vez le guste Eurovisión”
Estrella es una mujer que llama la atención, de las que dejan huella. Fue presentadora de informativos en Extremadura y durante muchos años llevó un elevado nivel de vida. De elegancia innata y bastante camaleónica, odia la vulgaridad y no se imagina a su hijo eligiendo una mujer sin estilo. No le gustan especialmente la fiesta de los toros pero acude habitualmente a verlos porque adora el ambiente que se respira en la plaza: el glamour, los rostros conocidos… Con su hijo, del que está tremendamente orgullosa, tiene una gran complicidad. De hecho, se llaman cinco veces al día.
Luján Argüelles
En esta cuarta edición de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, Luján Argüelles vuelve a convertirse en la cómplice necesaria de todas las historias en proceso de gestación para guiarlas hacia buen puerto. Con su picardía habitual, sus dobles sentidos y sus juegos de palabras, Luján se encargará de llevar las buenas noticias, y también las malas, hasta los pretendientes y sus madres. La presentadora se involucrará al 110% en las cinco tramas de amor y conocerá de primera mano qué opiniones e impresiones les están causando a madres e hijos las/os candidatas/os a robarles el
corazón.
Nuevamente, Luján ejercerá de portadora de decisiones y noticias desconocidas para los protagonistas del programa. Unas informaciones que pueden dar un vuelco a algunas relaciones, para bien o para mal. Secretos, mentiras y confesiones imprevistas que pueden hacer saltar por los aires las incipientes historias de amor o afianzarlas más si es necesario. Luján, en definitiva, volverá a ser la gran aliada de los espectadores y el nexo de unión de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?.
Luján Argüelles
En esta cuarta edición de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, Luján Argüelles vuelve a convertirse en la cómplice necesaria de todas las historias en proceso de gestación para guiarlas hacia buen puerto. Con su picardía habitual, sus dobles sentidos y sus juegos de palabras, Luján se encargará de llevar las buenas noticias, y también las malas, hasta los pretendientes y sus madres. La presentadora se involucrará al 110% en las cinco tramas de amor y conocerá de primera mano qué opiniones e impresiones les están causando a madres e hijos las/os candidatas/os a robarles el
corazón.
Nuevamente, Luján ejercerá de portadora de decisiones y noticias desconocidas para los protagonistas del programa. Unas informaciones que pueden dar un vuelco a algunas relaciones, para bien o para mal. Secretos, mentiras y confesiones imprevistas que pueden hacer saltar por los aires las incipientes historias de amor o afianzarlas más si es necesario. Luján, en definitiva, volverá a ser la gran aliada de los espectadores y el nexo de unión de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?.
Luján Argüelles
En esta cuarta edición de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, Luján Argüelles vuelve a convertirse en la cómplice necesaria de todas las historias en proceso de gestación para guiarlas hacia buen puerto. Con su picardía habitual, sus dobles sentidos y sus juegos de palabras, Luján se encargará de llevar las buenas noticias, y también las malas, hasta los pretendientes y sus madres. La presentadora se involucrará al 110% en las cinco tramas de amor y conocerá de primera mano qué opiniones e impresiones les están causando a madres e hijos las/os candidatas/os a robarles el
corazón.
Nuevamente, Luján ejercerá de portadora de decisiones y noticias desconocidas para los protagonistas del programa. Unas informaciones que pueden dar un vuelco a algunas relaciones, para bien o para mal. Secretos, mentiras y confesiones imprevistas que pueden hacer saltar por los aires las incipientes historias de amor o afianzarlas más si es necesario. Luján, en definitiva, volverá a ser la gran aliada de los espectadores y el nexo de unión de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?.